La palabra “teratoma”, del griego teraton que significa monstruo, es empleada para describir una clase de tumor que se forman a partir de las células pluripotentes de los gametos.
Las células pluripotentes son únicas en el modo en que demuestran la habilidad de producir respuestas biológicas muy similares a las de los tejidos humanos normales. El teratoma consiste normalmente en un tumor que es muy diferente en comparación al tejido circundante del área en el que crece. Lo más alarmante, y muchas veces horripilante, del teratoma es que puede desarrollar pelo y dientes muy similares a los tejidos humanos reales.
El teratoma se forma normalmente en los ovarios de las mujeres, en los testículos de los hombres y el sacro (el hueso grande y con forma triangular situado al final de la columna) de los niños.
Esta clase de tumor se clasifica en tres fases: un teratoma maduro (que normalmente es benigno), inmaduro (que es maligno) y monodermal o teratoma altamente especializado. Algunos teratomas contienen tejidos tales como folículos pilosos, glándulas del sudor, y tejido nervioso parcial o completamente desarrollado, y tejidos que se parecen tremendamente a los dientes humanos.
El teratoma maduro es el más habitual y afecta a mujeres fértiles desde la adolescencia a los 40 y 50 años. Los teratomas inmaduros o cancerosos se presentan por lo general en niñas y mujeres menores de 18 años. Los tejidos que los forman se parecen mucho a los embrionarios o fetales.
Los teratomas pueden ser asintomáticos y se descubren regularmente cuando se realizan estudios por otros motivos, pero cuando presentan síntomas éstos son los más comunes:
- Dolor del abdomen
- Inflamación abdominal
- Dismenorrea
- Dipareunia
- Infertilidad
- Trastornos para orinar
- Hemorragias uterinas
TRATAMIENTO PARA LOS TERATOMAS
Se cree que los teratomas son congénitos, esto significa que pueden ser formados desde el nacimiento. Sin embargo, al ser descubiertos deben ser extirpados mediante cirugía y actualmente no existen otros tratamientos para este tipo de tumor, siendo la cirugía laparoscópica la más utilizada para eliminar los teratomas.
LA LUZ DETRÁS DE LA OSCURIDAD
La habilidad del teratoma para hacer crecer células humanas sin haberse convertido jamás en un embrión humano eliminaría el debate sobre la investigación con células madres. Al hacer crecer estos tumores a tejidos humanos reales, podrían ser más efectivos en los laboratorios que los animales, y también podría permitir a los investigadores experimentar con material “humano” que no está vivo.
La razón por la que estos tumores son tan tremendamente similares a los tejidos humanos, es por que aparecen cuando se desarrollan las células sexuales, como si hubieran sido fertilizadas y continuasen dividiéndose y multiplicándose, justo como lo hacen los embriones humanos en las primeras fases del desarrollo. Más importante aún, estos tumores pueden producir células madre que son capaces de desarrollar cientos de clases de tejidos, lo cual permitiría realizar pruebas específicas sobre cada clase de tejido.
Este material tiene el potencial de ser usado en investigaciones para el tratamiento de enfermedades como el Alzheimer; el inconveniente es que al existir poco control por parte de los investigadores a la hora de determinar la clase de tejido que el tumor producirá, los investigadores podrían acabar contando con tejidos aleatorios, desde glándulas sudoríparas a folículos del cabello.
El doctor William Hurlbut, biólogo y especialista en ética de la Universidad de Stanford lo describe como “un rompecabezas con las piezas en completo desorden”. El doctor Hurlbut cree que en lugar de tomar células madre a partir de embriones, los investigadores deberían utilizar tejido de teratoma – y por lo tanto realizar investigación en células madre sin las implicaciones morales que trae la destrucción de embriones.
Este nuevo descubrimiento aún está en sus primera fase de desarrollo y es necesario realizar multitud de pruebas y ensayos para poder establecer si el teratoma es un entorno potencial para la realización de test con fármacos anticancerígenos. Resulta interesante pensar que el macabro fenómeno biológico que resulta el teratoma, podría esconder las respuestas que llevamos tanto tiempo buscando.
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