Para evitar problemas hepáticos es muy importante que desterremos el alcohol y que hagamos cambios en nuestra dieta, disminuyendo el consumo de carnes rojas, grasas y fritos
La inflamación del hígado puede tener su origen en una gran variedad de enfermedades, como un virus o el abuso del alcohol; los corticosteroides se utilizan habitualmente para tratar la inflamación del hígado, pero pueden tener efectos secundarios graves, como edema, hipertensión, glaucoma, cataratas y cambios de humor. Algunas plantas naturales y una dieta adecuada, pueden ayudarte a tratar la inflamación hepática.
HIERBAS MEDICINALES
El cardo mariano se ha utilizado durante siglos para tratar numerosos problemas de salud, como la inflamación hepática; es un gran hepatoprotector, y protege el hígado de toxinas y otros daños, además el cardo mariano ayuda a restaurar el hígado.
DIENTE DE LEÓN
Trata con eficiencia la inflamación del hígado, y se emplea como tónico general para el hígado; contiene altos niveles de potasio, que ayuda a reponer los minerales perdidos. Las hojas de diente de león contienen componentes amargos, que estimulan el sistema digestivo y el hígado, y su consumo puede aportar un efecto laxante, y aumentar la producción de bilis desde el hígado.
El diente de león se considera útil especialmente, para las personas con un hígado que tiene un movimiento lento a causa de un consumo excesivo de alcohol o que llevan una dieta poco saludable.
RAÍZ DE BARDANA
La raíz de bardana es utilizado como un diurético y tonificante para el hígado; es un excelente antioxidante, hepaprotector y con acción antiinflamatoria.
REGALIZ
La raíz de regaliz se utiliza para tratar trastornos hepáticos, úlceras de estómago, acidez, gastritis crónica, bronquitis, dolor de garganta, artrosis, lupus y síndrome de fatiga crónica; el regaliz puede ser eficaz en el tratamiento de la hepatitis B y C, ya que el regaliz es un antiinflamatorio y hepatoprotector. No consumas esta planta, si padeces de hipertensión, insuficiencia cardíaca o renal.
CÚRCUMA
La cúrcuma, un pariente de jengibre, tiene un sabor amargo y picante, y el rizoma se utiliza con fines medicinales para tratar numerosos problemas de salud, como la inflamación del hígado, indigestión o úlceras estomacales entre otros. La cúrcuma es un antiinflamatorio y hepatoprotector, pero debes de evitar esta planta si estás embarazada, ya que es un estimulante uterino.
Dieta para la inflamación del hígado
Los hábitos dietéticos pobres generalmente no contribuyen a la inflamación del hígado, excepto el consumo de alcohol, pero una dieta saludable y bien balanceada, puede combatir el daño a las células hepáticas, y regenerar células nuevas. El alcohol, en cambio, contribuye a la hepatitis B y C, por lo que es primordial eliminar el alcohol de tu dieta.
Los signos de problemas hepáticos incluyen dolor abdominal, distensión abdominal, náuseas, pérdida de apetito, fatiga, picazón en la piel, ojos amarillentos, orina oscura, heces pálidas o con sangre. Los problemas de hígado pueden ser temporales, y desaparecer por sí solos o se pueden convertir en una afección de larga duración, grave; en cualquier caso se deberán de seguir unos hábitos dietáticos:
Una dieta rica en vegetales de todos los colores y frutas crudas va a nutrir y fortalecer el hígado, y deben de constituir un 30 a 40 % de la dieta. Elige frutas ricas en vitamina C y antioxidantes. El aceite de oliva actúa como un tónico para el hígado, especialmente añadido en crudo a gran variedad de platos, como ensaladas o pastas. Bebe al menos dos litros diarios de agua.
Evita las grasas, fritos, comida chatarra y restringe al menos durante un tiempo las carnes rojas y pescados grasos; así como los edulcorantes artificiales, colorantes y alcohol.
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