Veneno de abeja para la artritis y más
La abeja es un animal tan agradecido con el ser humano que hasta su veneno tiene virtudes medicinales. Se emplea, con alto grado de satisfacción, en tratamientos contra la artritis.
Los expertos también se fijaron, en su día, en que los apicultores, tan acostumbrados a las picadas de abejas que son inmunes a sus efectos, tenían y tienen huesos recios y fuertes. La artritis es una dolencia prácticamente inexistente entre estos trabajadores.
El veneno de la abeja tiene efectos parecidos contra el reumatismo y artrosis. También se recomienda contra las neuralgias y para luchar contra la bronquitis. En algunos casos, se toma como tónico cardíaco y tónico general.
Por otro lado, el mismo veneno de la abeja se emplea contra sus propios efectos. Es decir, se usa para desensibilizar contra sus molestias a las personas muy perceptibles a este veneno.
Se administra por vía intramuscular, en disoluciones y en forma de pomada, aunque también existe lo que se llama tratamiento de acción directa.
Se han tratado algunos reumatismos en extremidades aplicando más de cien aguijonazos repartidos en varias semanas. Los tratamientos con veneno de abeja se resumen en una técnica llamada apipuntura.
Una picada de abeja suministra de 0,1 a 0,15 miligramos de veneno. Según la cantidad de veneno que inyecta el insecto con su picada, puede causar inflamación local, picor, aumento de la temperatura y, a veces, vómitos, mareos y angustia.
La causa de todos estos síntomas es la reacción que sufre el organismo humano, que responde formando anticuerpos. Esta reacción defensiva del cuerpo, que sobrepasa las reacciones normales, puede llegar a la hipersen-sibilidad y a la alergia. Se recomienda cubrir la zona de la picada con barro.
¿Cómo se recolecta este veneno de las abejas?
Para empezar, no es un trabajo que hagan los apicultores convencionales, sino que suelen existir apicultores especializados en esta tarea. En la entrada al panal se coloca una especie de descansillo para que las abejas tengan un sitio donde detenerse antes de entrar.
En el momento en que sus patas toman contacto con la superficie, el insecto recibe una pequeña descarga eléctrica. Para la abeja significa una agresión externa y responde clavando su aguijón.
Pero la superficie es de un producto que no permite que el aguijón se clave, porque la abeja moriría, aunque el insecto sí suelta la dosis de veneno.
La superficie en cuestión vendría a ser una especie de esponja, que va recibiendo cientos de dosis de veneno de las abejas del panal. Luego, por complejos procedimientos, ese veneno se extrae y se utiliza para preparados de la industria farmacéutica.
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